El tema del crochet era una asignatura pendiente por probar, me echaba un poco para atrás lo complicado que parecía, pero varias personas a las que pregunté coincidían en que es más fácil de lo que parece. Así que decidí probar. Volví loca a mi madre para que me enseñara. Al principió costó, mi madre diestra y yo zurda complicaba el asunto, pero el interés siempre puede con todo. Empecé con algo simple, estos collares de colores.